IR AL PSICÓLOGO EN VALLADOLID / ONLINE
Podemos acudir al psicólogo cuando:
Llevemos un tiempo sintiendo que la tristeza, la apatía y la falta de ilusión empiezan a agobiarnos y que nuestra vida carece de sentido. Nos vemos incapaces de encontrar algo positivo en nuestras vivencias cotidianas. Pensamos que todo nos sale mal y que las cosas no van a cambiar. Todo a nuestro alrededor lo percibimos amenazante y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos. Tenemos miedos que nos impiden salir a la calle, relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado, hablar en público, viajar, etc. Es decir, cuando el temor o la inseguridad nos impiden desarrollar nuestras habilidades y disfrutar de personas, animales y cosas que nos rodean. La obsesión por padecer enfermedades o contagiarnos de ellas nos lleva a conductas extrañas y repetitivas, de las que no podemos prescindir sin que su ausencia nos genere ansiedad. El estrés empieza a mostrarse a través de sus síntomas psicosomáticos: insomnio, problemas digestivos, cardiovasculares, sexuales,.... La ansiedad es una constante diaria, que impide la estabilidad y serenidad necesarias para mantener un pensamiento positivo, una conducta tranquila y el goce de los pequeños placeres cotidianos. Sentimos haber perdido el control sobre el bienestar y la estabilidad en las situaciones que afectan a nuestra pareja, nuestros hijos y/o nuestros familiares.
¿Por qué siento inquietud al decidir ir al psicólogo?
Cuando una persona acude al psicólogo por primera vez, pueden aparecer sentimientos como miedo o angustia, esto es totalmente normal, no te preocupes ni avergüences. A medida que avanza esta primera consulta te vas a sentir más cómodo, incluso va a ser agradable. El psicólogo nunca te va a juzgar ni minimizar tu problema. Cuando alguien decide acudir al psicólogo es para poner solución a aquello que le hace daño, la terapia nos ayuda a entender abordar y enfrentar el problema pero es inevitable que el hecho de hacerlo visible nos genere malestar. El primer paso para cambiar, es identificar que algo no va bien. El segundo es pedir ayuda. Son dos actos de gran valentía, el valor sólo existe ante el miedo.
¿Qué se le dice al niño sobre la terapia?
No mentirle y darle toda la información de manera adecuada, ajustada a su edad y al conocimiento que tenga el niño del problema. Se le dice qué es un psicólogo: un especialista, un entrenador, un técnico, un profesional que le va a ayudar a resolver sus dificultades. “Que sabe escuchar, entenderte, que te va a apoyar, en el que puedes confiar, que sabe porque te ocurren ciertas cosas y sobre todo que sabe cómo puedes resolverlas, que te va a enseñar “trucos”, te va a dar estrategias, para conseguirlo ..., al que acudirás un día a la semana durante un tiempo, que cuando resuelvas tus problemas, dejarás de ir porque ya no lo necesitarás ... pero que si alguna vez lo necesitas podrás volver y seguro que se acordará de ti ... “.
¿Se puede cambiar si se va al psicólogo?
¡Claro que se puede cambiar! El ser humano tiene la posibilidad de incorporar modificaciones en su forma de pensar, de sentir y de hacer las cosas desde el nacimiento hasta la muerte. De forma natural y espontánea, las situaciones que vivimos diariamente cambian nuestra perspectiva. Por ejemplo, vivir la muerte de un ser querido trastoca nuestra visión de la vida, nuestras prioridades, el valor que concedemos a todo lo que nos rodea, etc. Si el cambio se busca de forma intencionada, requiere de esfuerzo, implicación y trabajo en la terapia. Se puede cambiar, pero no todos lo consiguen. Cambia quien está dispuesto a hacerlo.
¿Psicólogo o Psiquiatra?
El psiquiatra es el médico especializado en salud mental, aborda su intervención a través de la medicina, evalúa síntomas, da un diagnóstico psiquiátrico y, si el paciente lo necesita, tratamiento farmacológico. El psicólogo evalúa e identifica el problema, cuál es su comportamiento y que variables le pueden estar afectando, para con todo ello, realizar una intervención, dando pautas y herramientas para la buena evolución del paciente. En ocasiones un paciente recurre a ambos profesionales, se trabaja de forma distinta y complementaria y en otras, el tratamiento psicológico es suficiente por sí solo.